8.10.09

ESTATE VIOLENTA presenta una serie de características que bordean lo tópico. Se trata de un relato de iniciación amorosa entre un adolescente, hijo de un violento mandatario fascista, y la viuda de un héroe de guerra. Valerio Zurlini consigue evitar la evidencia y centraliza la película en el momento, durante el verano de 1943, en que la guerra invade las escenas de ternura del joven grupo. Los jóvenes se bañan en la playa y se pasean en barco, se divierten en el circo y organizan fiestas con vino cuando sus padres no están. Entre algunos de los miembros del grupo nace algún que otro escarceo amoroso, como el de Carlo (Jean-Louis Trintignant) con Serena (Cathia Caro), pero el joven enseguida comenzará a interesarse por Roberta (Eleanora Rossi Drago), y, su relación, a escondidas primero y, luego, ya descubierta, formará uno de los dos bloques que se enfrentaran en la estructura de la película. El otro, la irrupción de los efectos de la guerra sobre esa vida luminosa de jolgorio juvenil acabará apoderándose progresivamente de lo largo y ancho del filme (de una manera similar a como, en otro tipo de códigos genéricos, la figura de Joey Cusack se apoderaba de la de Tom Stall en A History of Violence) así como pasará a ser el verdadero gran impedimento en las relaciones entre los dos protagonistas. Es como si esa sombra poseyera la película, al principio vemos sus efectos muy de vez en cuando, a través de una noticia que emite la radio durante una fiesta (los jóvenes ya están acostumbrados a tener que buscar la radio suiza para evitar que les interrumpan su velada musical), luego unos aviones volarán muy bajo por la playa y, finalmente, con la caída de Mussolini estalla la locura colectiva. Las gentes toman la casa del pueblo pero, en realidad, no saben lo que va a ocurrir con ellos, piensan que el fin de la guerra llegará pronto, pero la locura militar continúa. Carlo, además, debido a la orientación política de su familia, no se encontrará muy seguro en Riccione, lo cual conllevará a un extraño final un tanto enigmático (en la misma línea que el de la posterior La ragazza con la valigia) en el que, repentinamente, el joven abandona a la mujer en un tren de vuelta al pueblo, después de que los dos partieran hacia Bolonia y un estallido violento les obligase a ponerse a resguardo durante unos breves pero angustiosos momentos. Es un hermoso movimiento de piezas el que efectúa Zurlini, pasar de la historia del grupo a la de la pareja y enfrentar a esta con los movimientos inflexibles de la Historia, que fuerzan una separación y el desespero de Roberta, que había reencontrado el amor y pensaba rehacer su vida ahora que se acercaba el fin de la guerra.

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